lunes, 21 de noviembre de 2011

Series




Llegó la universidad y se abrió ante mi un nuevo mundo... El mundo de la escuela de comentaristas, el mundo maquiavélico, el mundo de los olvidadizos exámenes de antropología, de las fiestas de marengo, de los agobios por asignaturas que ahora serian nuestra lectura de cabecera... Y el mundo de las Series.



Posiblemente haya ido con retraso, como en todo lo que he hecho en mi vida, pero fue como abrir la Caja de Pandora. No quisiera aun así que penseis, que ocupo la totalidad de mi tiempo con ellas, para nada, pero si que han sido un filtro ante las largas y monotemáticas películas. Estaba cansado, de historias con un único argumento, las series fueron algo fresco, innovador.






Capítulos cortos, donde de uno a otro capítulo el giro argumental era posible, donde la monotemática de los personajes se había acabado,personajes que evolucionaban, que mostraban facetas distintas en cada uno de los episodios y donde las historias cobraban mayor interés conforme te sumergías en ellas.

Debatir, que no batir (Blanca Manzanal y Jaime Hidalgo)



Vergüenza. Nada más acabar el “debate” del otro día si no me puse rojo de la vergüenza, poco me faltaba. Y es que los debates políticos (por lo menos en España) lo único que tienen como fin es intentar herirse el uno al otro, sacarse los trapos sucios y a ver quien queda peor. A mí me recuerdan a las típicas riñas de patio de colegio en infantil. A parte de los tecnicismos, las discusiones tenían el mismo vocabulario, (aunque menos hiriente). Yo con 4 años decía igual de bien “mentiroso” que el Sr. Rajoy, también acusaba al compañero de hacer cosas malas como hizo el Sr. Rubalcaba y del mismo modo que me reía del pobre infeliz que se metía conmigo mientras rumiaba mi respuesta. Lo peor es que ahí no queda la cosa… lo único que despiertan esos debates son reacciones desmesuradas de los adeptos a los partidos que solo suscitan la confrontación y el odio. Es decir, suscitan lo que ven entre los que, en vez de debatir, se echan a la cara lo que supuestamente han hecho mal.
El problema de hoy en día, es que no se tiene en claro el concepto de un buen debate político. Se entiende el debate político como un arma de captación de masas, como una máquina de hacer decidir a los indecisos, en definitiva como un arma-máquina al servicio de la Comunicación.
Si se desnaturaliza el fin de cualquier actividad no solo no tendrá efecto esta si no que los efectos serán negativos. Y esto es lo que pasa con los debates que tienen lugar hoy en día que dejan ver, o por lo menos lo parece, que lo último que quieren es llegar a un acuerdo, a aprender uno de otro y poder sacar conclusiones personales en claro. Hacen que unos y otros se odien como si fuera la afición de un equipo y otro en un partido de fútbol. Parece que el interés que está detrás es dividir a la sociedad en dos grupos. Y ser los debates la comidilla de las fieras enfurecidas unas con otras.
Esto deja ver la también equívoca finalidad de los gobiernos de ahora. Ya no es el fin último el bienestar de las personas y el orden de convivencia entre ellas, siendo los sabios los que estaban en el poder para poder hacerlo con sabiduría y correctamente. Parece que el fin último ahora es sobresalir entre los demás países, adquiriendo riqueza y ya una vez rico ya se ha alcanzado el fin para lo que se hizo el gobierno. Riqueza no solo para el país que no deja de estar en segundo lugar, sino para los que se ocupan del gobierno.
Los debates son necesarios. Necesarios pero si se hacen correctamente. Deberían ser las dos personas representantes de los grupos políticos exponiendo sus convicciones e intercambiando entre ellos sus opiniones para llegar a una conclusión que es el objeto del debate para así poder cambiar el gobierno efectivamente.
Pero con eso no basta, si se quiere llegar a una conclusión política hay que tener en cuenta para qué se busca esa solución. Es para llevar a cabo un buen gobierno, un gobierno que sea un gobierno efectivo para todos, un gobierno que haga posible el desarrollo favorable de la persona. Para ello, para que se haga un correcto debate, se debería pedir también las opiniones de más gente, permitir la entrada de personas que sepan aportar posibles soluciones y así debatir, que no batir.
El problema del debate de hoy en día, es que realmente no se puede hacer un debate productivo en su totalidad. Las personas hablan según lo que piensan, sin embargo la mayoría de esos pensamientos no se basan en la verdad. En estos tiempos en los que se da una enorme crisis de todo parece que los valores y la verdad están enterrados bajo tierra y los pensamientos de la gente no se basan en la verdad dando, por tanto, unas conclusiones erróneas.
También sería favorables ara estas personas asistir a debates de quienes sí tienen claras las ideas y quienes sí saben hacer debates y así, aprender y sanar este déficit de valores.

domingo, 20 de noviembre de 2011

La familia ¿Un tesoro?


Hijos fuera del matrimonio, segundas parejas, madres solteras, padres homosexuales, hijos de laboratorio o adoptados en la otra punta del mundo, adolescentes embarazadas, píldora del día después…¡La revolución familiar ha llegado!
Sin embargo, entidades de renombre como la RAE contemplan realidades parecidas, incluyendo entre las definiciones posibles de familia las siguientes: Grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas; conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje; hijos o descendencia; conjunto de personas que tienen alguna condición, opinión o tendencia común.
Considero que la ambigüedad y generalidad con la que aborda el tema, da pie a estas “nuevas unidades familiares” y desvirtúa el sentido “clásico” de familia. Y digo ”clásico”, porque que es como así se refieren a la familia formada por un padre, una madre y unos hijos, como si esta no fuera más que la representación más retrógrada y poco “moderna” de la hoy en día sociedad moderna. Una sociedad donde se compra desde casa, se viaja con “Google Maps”, donde el autismo cibernético está a la orden del día, donde la promiscuidad televisiva ha pasado a ser una realidad, donde mujeres panteras acechan por las noches… Y donde un niño disfruta de los cuidados de una pareja homosexual.
E incluso nuestra recurrente pagina de consulta Wikipedia incluye un elenco de los tipos de familias, entre los que se encuentran junto con la familia nuclear, las familias extensas, las homoparentales y las ensambladas.
La unidad familiar clásica es otro de los elementos que se resquebrajan en este mundo globalizado y en crisis. La desvirtualización de los valores de la sociedad, y la falta de un unidad de fomento de estos, es fruto en mayor o menor medida de las actuales políticas. En las que urge más la necesidad de un voto, que el fomento de los valores clásicos o la verdadera unidad familiar. Vivimos en una sociedad donde los principios de libertad y democracia se erigen con gran fuerza en todos los ámbitos, incluido el de la vida privada, distorsionando valores tradicionales, como “la familia”.
La familia en la actualidad es fruto de constantes controversias. La visión que, con frecuencia, se transmite de ella, es que atraviesa una situación, como poco, caótica, como una institución antigua e inflexible y cuya desaparición no estaría lejos. Sin embargo, la familia es una “institución social”. Más allá de la visión religiosa, la familia se entiende como una estructura cultural de normas y valores organizados por la sociedad. Parece, por tanto, una “institución” necesaria y su conexión con la vida de las personas es evidente. La institución familiar es una organización social orienta a solucionar las necesidades básicas. La necesidad de la familia viene, pues, exigida por sus funciones , que se concretarían en proporcionar un clima apropiado para el desarrollo mental y afectivo de los hijos. Consiguiéndose así la socialización básica de los niños, de modo que puedan llegar a ser miembros de la sociedad.
Considero por tanto esencial la presencia de “la familia”, entendiéndola en su sentido clásico, para supervivencia de la sociedad.

Ahora critico yo!



Estoy harto!.. Este continuo clima de oposición ante cualquier tema que se nos presenta me parece excesivo, tanta negatividad no puede ser buena…Está claro que es mucho más fácil ver el lado negativo de las cosas y las valoraciones positivas no tienen morbo. Del mismo modo la autocrítica, por lo que dicen, es constructiva. Además es una forma de reafirmarnos, de criticar justo aquello que todos solemos hacer, ¿se le podría llamar madurar? Bueno da igual. Consumistas, mujeres panteras, adictos a la tecnología, pasotas, personas ancladas en un continuo estado placentero… Nosotros somos esto, pero somos también mucho más, con esta clara oposición no hacemos sino reafirmar lo que los mayores más critican.
Placentero me resulta comer, hacer ejercicio, un buen libro, una película, una canción, un gol que nos hizo campeones y que me pone los pelos de punta…. Y comprar. ¿Por qué no?
El comprar no supone una reafirmación de mi persona, ni que con ello demuestro mi capacidad de decisión, me parece que es una actividad que tiene sentido por si misma, y que la satisfacción que obtengo no es por haber tenido un mal día o porque mi capacidad de decisión se hubiese puesto en entre dicho.
Es posible que con ello no haga sino fomentar el tan criticado consumismo, pero ser sinceros y decirme ¿quién no es consumista?.. Sinceramente me parece en cierta medida una hipocresía criticar algo que luego haces. Porque deduzco que cuando criticas es porque muestras tu clara oposición, pero parece que aquí la crítica constructiva o mejor dicho destructiva está de moda. Una crítica vacía, o más bien mal sustentada.
El tema del consumismo focalizado en el comprar no es más que un absurdo reduccionismo, un fetiche… Porque seamos realistas, todos somos consumistas, ¿acaso cuando leemos el periódico, compramos libros, o escuchamos música, no estamos consumiendo?... Que obviamente son tareas mucho más nobles y que suponen un aporte cultural, pero me da igual, los libros ocupan el mismo espacio que la ropa, e incluso más. Queda muy bien tener el salón lleno de libros, aun cuando desconoces la mitad de sus títulos, pero es el colmo del consumismo que cada vez que abres el armario haya una cascada de ropa que inunde todo tu cuarto.
Es muy fácil criticar el consumismo pero considero que cualquier tipo de solución, hoy en día, es utópica. La educación recibida, la sociedad, y los valores que se fomentan hace que sea imposible una solución, el cambio de mentalidad no sería posible sin un cambio en la sociedad.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Obra maestra

Abrir comillasLo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad.Cerrar comillas





Abrir comillasEn definitiva todos nos vamos a morir. Infelizmente no podemos escoger el modo, pero si podemos elegir como encarar ese final, para que se acuerden de nosotros como hombres.Cerrar comillas




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La muerte nos sonríe a todos, devolvámosle la sonrisa.Cerrar comillas